¿Qué pueden aprender los CEOs del liderazgo militar?
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En el mundo de los negocios, tomar decisiones bajo presión no es una opción, es una necesidad. Sin embargo, muchas empresas se paralizan esperando el momento perfecto, revisando datos una y otra vez hasta que la oportunidad desaparece. En cambio, en el ámbito militar, la rapidez y la ejecución efectiva son claves para la supervivencia. No es casualidad que algunas de las mejores escuelas de negocios, como The Wharton School, hayan incorporado entrenamientos militares en sus programas de MBA. Sus alumnos viajan a Quantico, donde se forman los oficiales de la Marina de EE.UU., para aprender una lección crucial: actuar con determinación en entornos de incertidumbre. Mientras que muchos directivos se sienten cómodos en el análisis y la planificación, los líderes militares están entrenados para tomar decisiones con menos del 70% de la información disponible. En el mundo corporativo, donde esperar a tener todos los datos puede significar perder una ventaja estratégica, esta habilidad marca la diferencia. No es solo teoría. Un estudio de Korn Ferry reveló que los veteranos militares ocupan el 8% de los puestos de CEO en el S&P 500, a pesar de que solo el 3% de la población estadounidense ha servido en el ejército. Además, sus mandatos suelen ser más largos y sus empresas han obtenido mejores resultados financieros en comparación con el promedio del índice en períodos de tres, cinco y diez años. No se trata de casualidad, sino de principios bien arraigados: disciplina, resiliencia y orientación a objetivos. Los CEOs con formación militar no solo destacan por su capacidad de reacción, sino también por su integridad y habilidad para gestionar crisis. Un estudio de la Kellogg School of Management encontró que estos líderes son menos propensos al fraude, más estratégicos en sus decisiones financieras y mejores en la gestión de momentos difíciles. En el campo de batalla, dudar demasiado puede ser fatal; en los negocios, la indecisión también tiene un alto costo. Grandes ejecutivos como Daniel Akerson (General Motors), Robert A. McDonald (Procter & Gamble) y Frederick Smith (FedEx) han aplicado estos principios con éxito en el mundo empresarial. Lo que aprendieron en el ejército: liderar con claridad, actuar con determinación y adaptarse rápidamente a los cambios. Es exactamente lo que necesita cualquier empresa para prosperar en tiempos inciertos. No se trata de ser más agresivo o impositivo, sino de entender que un buen líder no espera a que las condiciones sean perfectas para actuar. La diferencia entre el éxito y el fracaso muchas veces está en quién se atreve a tomar la decisión correcta cuando otros siguen dudando. ¿Crees que el liderazgo militar tiene un lugar en el mundo corporativo? #Liderazgo#TomaDeDecisiones#GestiónEmpresarial#Militares
Mientras que muchos directivos se sienten cómodos en el análisis y la planificación, los líderes militares están entrenados para tomar decisiones con menos del 70% de la información disponible. En el mundo corporativo, donde esperar a tener todos los datos puede significar perder una ventaja estratégica, esta habilidad marca la diferencia.
No es solo teoría. Un estudio de Korn Ferry reveló que los veteranos militares ocupan el 8% de los puestos de CEO en el S&P 500, a pesar de que solo el 3% de la población estadounidense ha servido en el ejército. Además, sus mandatos suelen ser más largos y sus empresas han obtenido mejores resultados financieros en comparación con el promedio del índice en períodos de tres, cinco y diez años. No se trata de casualidad, sino de principios bien arraigados: disciplina, resiliencia y orientación a objetivos.
Los CEOs con formación militar no solo destacan por su capacidad de reacción, sino también por su integridad y habilidad para gestionar crisis. Un estudio de la Kellogg School of Management encontró que estos líderes son menos propensos al fraude, más estratégicos en sus decisiones financieras y mejores en la gestión de momentos difíciles. En el campo de batalla, dudar demasiado puede ser fatal; en los negocios, la indecisión también tiene un alto costo.
Grandes ejecutivos como Daniel Akerson (General Motors), Robert A. McDonald (Procter & Gamble) y Frederick Smith (FedEx) han aplicado estos principios con éxito en el mundo empresarial. Lo que aprendieron en el ejército: liderar con claridad, actuar con determinación y adaptarse rápidamente a los cambios. Es exactamente lo que necesita cualquier empresa para prosperar en tiempos inciertos.
No se trata de ser más agresivo o impositivo, sino de entender que un buen líder no espera a que las condiciones sean perfectas para actuar. La diferencia entre el éxito y el fracaso muchas veces está en quién se atreve a tomar la decisión correcta cuando otros siguen dudando.
¿Crees que el liderazgo militar tiene un lugar en el mundo corporativo?
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