El exceso de reuniones está matando la productividad

El exceso de reuniones está matando la productividad

Hace años, un veterano del sector asegurador me dio un consejo que, con el tiempo, ha demostrado ser una verdad absoluta:

"Cuando necesitas una reunión para preparar otra reunión, tienes un problema. Las reuniones son como la sal: necesarias en su justa medida, pero perjudiciales en exceso."

En aquel momento no entendí completamente el alcance de esas palabras, pero después de ver cómo muchas empresas convierten cada pequeño asunto en una excusa para reunir a todo el equipo, su significado quedó claro.

El mal de la “reunionitis” afecta a todo tipo de organizaciones, pero en las grandes empresas alcanza niveles absurdos. Reuniones interminables, sin un objetivo claro, con demasiadas personas involucradas y, lo peor, sin un verdadero seguimiento. Un síntoma de desorganización, falta de liderazgo y miedo a tomar decisiones.

Con la pandemia, este problema evolucionó en una nueva variante: la "eReunionitis". De repente, el teletrabajo hizo que las videollamadas se multiplicaran sin control. Hubo días en los que los trabajadores pasaban de una reunión a otra sin tiempo siquiera para trabajar. Más llamadas, más interrupciones, menos resultados.

Las cifras lo confirman: España es el país europeo que más tiempo pierde en reuniones. Se estima que una persona puede desperdiciar 31 horas al mes en reuniones ineficaces, lo que en una empresa de 100 empleados representa un coste inútil de más de 700.000 euros al año.

La pregunta es: ¿tantas reuniones realmente generan valor o simplemente están penalizando la productividad?

Las reuniones tienen su lugar y son esenciales cuando se gestionan bien. Sirven para coordinar equipos, resolver problemas y tomar decisiones estratégicas. Pero cuando se convierten en una rutina sin propósito, se transforman en un freno para la empresa.

El liderazgo no se mide por la cantidad de reuniones convocadas, sino por la capacidad de tomar decisiones claras, comunicarse de manera efectiva y optimizar el tiempo de todos. Menos reuniones, más acción.

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